Este es un capítulo de Mitos griegos (original: Old Greek Stories, de James Baldwin), traducido y narrado por Francisco Javier Álvarez Comesaña para AcademiaLatin.com.
También en formato pódcast. ¡Apúntate a los demás pódcast de humanidades!
Zeus y sus compañeros del Olimpo no habían vivido siempre entre las nubes de la cima. En tiempos muy remotos, una familia maravillosa, los llamados titanes, habían gobernado todo el mundo. Eran doce —seis hermanos y seis hermanas—, y decían que su padre era el Cielo y su madre era la Tierra. Tenían apariencia de hombres y mujeres, pero eran mucho más grandes y hermosos.
El nombre del más joven de estos titanes era Crono o Saturno, y aun así era tan viejo que a menudo lo llamaban Padre Tiempo. Era el rey de los titanes, por lo que, naturalmente, también era el rey de toda la Tierra.
Aprende latín y griego antiguo desde cero al mejor precio con esta oportunidad única. Aprovecha el combo latín & griego antiguo por 399 € para siempre.
Accede a las futuras ampliaciones con textos largos, actividades concretas, etc. Un solo pago, acceso para siempre, sin suscripciones recurrentes.
Los humanos nunca habían sido tan felices como durante el reinado de Crono. Era realmente la edad dorada. Era primavera todo el año. Los bosques y praderas siempre estaban llenos de flores, y el canto de los pájaros se oía todos los días a todas horas. Además, era verano y otoño al mismo tiempo. Las manzanas y los higos y las naranjas siempre colgaban maduras de los árboles, y había uvas moradas en las viñas, y melones y bayas de todo tipo, que la gente no tenía más que coger y comer.
Por supuesto, nadie tenía que hacer ningún tipo de trabajo en aquella época feliz. No había enfermedades, preocupaciones o vejez. Los hombres y las mujeres vivían cientos y cientos de años y nunca envejecían, ni se arrugaban, ni cojeaban, sino que eran siempre guapos y jóvenes. No necesitaban casas, pues no había días fríos ni tormentas ni nada que los asustara.
Nadie era pobre, pues todo el mundo tenía las mismas cosas: la luz del sol, el aire puro, la saludable agua de los arroyos, la hierba por alfombra, el cielo azul por techo, las frutas y las flores de los bosques y prados. Por supuesto, nadie era más rico que otro, y no había dinero, ni cerraduras ni candados, pues todos eran amigos de todos y nadie quería tener más que su vecino.
Cuando esta gente dichosa había vivido suficiente, se dormían, y no se volvía a ver sus cuerpos. Se iban como levitando por el aire, sobre las montañas, a través del mar, hasta una tierra florida en el lejano oeste. Y algunos hombres dicen que, incluso hoy, siguen paseando felizmente de acá para allá sobre la tierra, haciendo que los bebés sonrían en la cuna, aliviando las cargas del agotado y del enfermo y bendiciendo la humanidad por doquier.
¡Qué lástima que esta edad dorada haya llegado a su final! Pero fueron Zeus y sus hermanos los que causaron este triste cambio.
Histori(et)as de griegos y romanos

Lo más probable es que ames el latín, el griego, el mundo clásico en general...
Si te gustan los griegos y romanos, el mundo antiguo y las historias, historietas y anécdotas… tengo histori(et)as de griegos y romanos para ti.
Cada día recibirás un correo con una histori(et)a de griegos al principio y más tarde de romanos. Las lees en menos de cinco minutos.
Es difícil creerlo, pero los hombres dicen que Zeus era el hijo del viejo titán Crono, y que no tenía más que un año cuando empezó a maquinar contra su padre. En cuanto creció, convenció a sus hermanos, Poseidón y Hades, y a sus hermanas, Hera, Deméter y Hestia, para que se unieran a su plan, y juraron que expulsarían a los titanes de la Tierra.
Entonces hubo una larga y terrible guerra. Pero Zeus tenía muchos poderosos aliados. Un grupo de monstruos de un solo ojo, los cíclopes, se mantenían ocupados todo el tiempo forjando rayos en el fuego de los volcanes. Otros tres monstruos, cada uno con cien manos, participaron arrojando rocas y árboles contra la fortaleza de los titanes; y Zeus mismo lanzaba sus rayos, tan frecuentes y rápidos, que los bosques se incendiaron y el agua de los ríos hervía por el calor.
Por supuesto, el viejo Saturno y sus hermanos y hermanas no pudieron contener mucho tiempo a tales adversarios. Cuando pasaron diez años se tuvieron que rendir y rogar la paz. Fueron encadenados a la más pesada roca y arrojados a una prisión en el inframundo, y los cíclopes y los monstruos centímanos fueron enviados allí como sus carceleros y guardianes por toda la eternidad.
Entonces los hombres comenzaron a estar cada vez menos satisfechos con su destino. Algunos querían ser ricos y poseer todas las cosas buenas del mundo. Algunos querían ser reyes y gobernar sobre otros. Los más fuertes querían esclavizar a los más débiles. Algunos talaron los árboles frutales de los bosques para que los demás no se comieran las frutas. Algunos, solo por placer, empezaron a cazar a los animales que siempre habían sido sus amigos. Algunos incluso mataron a estas pobres criaturas y se comieron su carne.
El pódcast de mitología griega
Finalmente, en vez de que todos fueran amigos de todos, todos eran enemigos de todos.
Así pues, en todo el mundo, en lugar de paz, había guerra; en lugar de abundancia, había escasez; en lugar de inocencia, había crimen; y en lugar de felicidad, había penalidades.
Y esa fue la forma en que Zeus se hizo poderoso, y esa fue la forma en que terminó la edad dorada.