En la sexta clase del curso de gramática histórica del español comenzamos a estudiar la evolución del consonantismo. Para ello hacemos un repaso rápido a las consonantes latinas y, a continuación, empezamos con el primer cambio de gran importancia: el betacismo. Estudiamos en esta clase, por su obvia conexión, la confusión de /b/ y /β/ intervocálicas, aunque cronológicamente está muy apartada del betacismo.
Introducción al consonantismo
🔒
Este contenido está disponible solo para miembros.
Puedes apuntarte a los cursos para un acceso completo o identificarte (si ya te has apuntado).
Resumen de la introducción
Estos son los contenidos que hemos aprendido en los ⏳ 39 m 40 s ⌛ del vídeo de esta clase.
El consonantismo latino
Hacemos un breve repaso al inventario consonántico del latín clásico, de donde nos ha de chocar el vacío de una zona importantísima en las lenguas romances: la palatal.
También hemos de familiarizarnos con la ortografía latina, pues es indispensable saber qué fonemas están representando las letras de los étimos.
El betacismo
La wau latina aparece sistemáticamente en latín cuando precede a una vocal. Parece razonable pensar que la distinción era relevante en pares mínimos como SERUI y SERVI.
El betacismo es el primer gran cambio consonántico del latín vulgar y consiste en dos procesos paralelos: el reforzamiento de toda V /w/ en [β] y el debilitamiento de B /b/ intervocálica a fricativa [β].
En posición intervocálica, tendremos en latín vulgar /p/ procedente de P, y /β/ procedente de B y V. En castellano medieval esta misma distinción seguirá siendo fonológicamente (y gráficamente) distintiva.
Exponemos los argumentos y contraargumentos sobre la posible existencia del fonema /v/ en español medieval. Se trata de casos como PROFECTO > provecho, grafías visigóticas como pontivicatus, la existencia de /v/ en judeoespañol, algunas aparentes faltas de ortografía de Santa Teresa como Falladolid, prouesar, etc.
Lo vemos en este fragmento del vídeo completo de la clase:Confusión de /b/ y /β/ intervocálicas
Aún en época alfonsí tenemos pares mínimos como cabe [ˈkabe] < CAPIT y cave [ˈkaβe] < CAVIT. Sin embargo, la oposición no debía de ser demasiado rentable, y solo en posición puramente intervocálica. Hay vacilación durante toda la Edad Media, ya incluso en el Cid.
A final del siglo XIV hay constancia de neutralización de /b/ y /β/ en todos los contextos (visto en la rima). A pesar de ello, todavía en el Siglo de Oro se siguen usando las grafías alfonsíes por mera tradición. La situación ortográfica actual llegará con la reforma etimológica de la RAE en el siglo XVIII.
Algunos étimos mencionados
Durante las explicaciones hemos usado varios étimos, entre los que destacan los siguientes:
- VIVU > vivo
- CABALLU > caballo
- RIPARIA > ribera
- PROFECTU > provecho
- CAPIT > cabe
- CAVIT > cave
- SUAVE > suave
- SAPIT > sabe
En la siguiente clase estudiaremos la creación del orden palatal, una de las grandes novedades de las lenguas romances respecto al latín.
Apúntate a los contenidos prémium

¡La teoría sin práctica es totalmente inútil!
Apúntate a los contenidos prémium de latín y griego antiguo, con toda la teoría explicada en vídeo (sin los sucios anuncios de YouTube) y, especialmente importante, cientos de horas de prácticas analizadas y explicadas paso a paso en la pantalla. ¡Sí, quiero!
Hola, Javier: Me perdí con el ejemplo de «ribera». Entiendo que quieres decir que se representa con ‹b› porque viene de la P (mientras que la B se representa con o en la grafía medieval), pero no entiendo por qué no pasa a [β] al estar en un contexto intervocálico. ¿O esa es una evolución posterior? ¿O no aplica al fonema /b/ que proviene de P? Gracias.
Ups, por poner los grafemas entre brackets generé código HTML, lo siento. Debe leerse: «… se representa con b porque viene de la P (mientras que la B se representa con v o u en la grafía medieval), pero…».
Ay, ya lo he entendido, al llegar a la «conclusión». Gracias. 🙂
¡Bien! 🙂