Evita un remedio peor que la enfermedad.
Un milano astuto, cuyas garras evitaban las palomas huyendo a todo vuelo, discurrió cierta estratagema, inducido por el hambre, para engullirse con comodidad las presas que se le escapaban.
Les envió, al efecto, una proclama llena de palabras rimbombantes, ofreciéndoles ser su rey y asegurarles con su fuerza y prestigio una vida tranquila.
Le creyeron las desventuradas, le votaron por aclamación y le dieron el trono.
El milano entonces, afectando modestia, dudó en si debía aceptar tan espinoso cargo. Distribuyó entre sus amigos empleos y dignidades, se congració el ejército y, cuando esto hubo hecho, empleó su reinado en comerse una a una a todas sus súbditas.
Moraleja
Quienes voluntariamente otorgan el poder a un tirano o enemigo no deben sorprenderse si al momento este se vuelve contra aquellos.
Información sobre esta fábula
La fábula de «El milano y las palomas» está atribuida a Esopo (pero recuerda que la autoría de muchas fábulas es dudosa, a menudo imposible de demostrar y frecuentemente un mismo tema ha sido elaborado por varios fabulistas de diversas épocas).
Protagonistas (animales, personajes u objetos recurrentes en las fábulas):
Temática(s):