Muchos, por hacer daño a otros, se destruyen a sí mismos.
Aquel que piensa mal, y maquina contra otro, no puede huir, como se ve en esta fábula.
Un ratón, queriendo cruzar un río, pidió ayuda a una rana, la cual aceptó amablemente y dijo que estaba contenta de cruzarlo con seguridad, maquinando ahogarlo y matarlo, y así le dijo:
Para cruzar con más seguridad, ata tu pierna a la mía.
Y el ratón, creyendo sus palabras, se dejó atar a ella. Al llegar al medio del río, comenzó la rana a meterse dentro del agua para ahogar al ratón, el cual hizo muchos esfuerzos para mantenerse por encima del agua.
Estando ambos batallando de esta forma, vino un milano y atrapó con sus garras al ratón, que estaba sobre el agua, y se llevó consigo a la rana, que estaba atada a aquel, y así el ave los despedazó y se comió a los dos.
Moraleja
Esta fábula quiere decir que los que piensan mal y maquinan contra otros y lo llevan a cabo finalmente se destruyen a sí mismos por hacer mal a otros, y así mueren los que, bajo apariencia de bien, hacen mal.
Información sobre esta fábula
La fábula de «El ratón, la rana y el milano» está atribuida a Esopo (pero recuerda que la autoría de muchas fábulas es dudosa, a menudo imposible de demostrar y frecuentemente un mismo tema ha sido elaborado por varios fabulistas de diversas épocas).
Protagonistas (animales, personajes u objetos recurrentes en las fábulas):
Temática(s):