
¡Hola! ¿Qué tal?
Soy Paco Álvarez (o Javier), tu profesor de latín, griego, etc. 🙂
Soy de Sevilla, donde crecí y estudié mi licenciatura en Filología Clásica, mi máster de enseñanza en educación secundaria y mi máster de profesor de español como lengua extranjera.
También tengo cursada más de la mitad de los créditos del grado en Estudios Ingleses, aunque lo dejé para mudarme a Polonia, donde enseñé español durante un par de años. Luego volví a España y ahora me dedico en exclusiva a contenidos más afines al latín y al griego que al español sincrónico.
¿Por qué he creado AcademiaLatin.com?
Siempre me ha gustado trastear en internet, y desde hace muchos años tenía subidos mis apuntes de gramática latina para que cualquiera pudiera usarlos.
Viendo que cada vez más personas visitaban y usaban mis apuntes, decidí dar el paso de hacer algo mucho más grande que eso: explicar cada uno de los temas de teoría en vídeo e incluir prácticas de análisis morfosintáctico y traducción, en las que se me puede ver a mí mismo en la pizarra.

Actualmente y hasta donde yo sé, AcademiaLatin.com es la única web en español que te permite aprender, con vídeos paso a paso, latín desde cero hasta la prueba de acceso a la universidad y más allá, además de griego antiguo.
También estoy convencido de que AcademiaLatin.com es el único sitio en el internet hispanohablante en el que se pueden aprender determinados contenidos —como lingüística indoeuropea y fonética y fonología—. Por decirlo de otra forma: es prácticamente la única forma de aprender estas materias sin aprenderlas en la universidad.
Breve historia de mi formación humanística
Si te digo la verdad, en la ignorancia de mi preadolescencia yo era de esos que pensaban que la gente inteligente estudiaba ciencias y que quien estudiaba letras lo hacía por descarte. 👎
Lo que en principio fue algo negativo —un par de profesores de matemáticas terriblemente malos durante la secundaria— me llevó, efectivamente por descarte, al bachillerato de humanidades. Cumpliendo el refrán de que no hay mal que por bien no venga, fue en estos dos años cuando me convertí en un humanista convencido.
Bachillerato de humanidades
Tuve la gran fortuna de tener dos magníficos profesores, el de Latín (Bernardo) y el de Griego (José María, más conocido entre los alumnos como Pompeyo), que me hicieron enamorarme inmediatamente de las lenguas clásicas.

Mi madre cuenta, cada vez que tiene ocasión, que el primer libro de verdad que le pedí que me comprara fue La guerra de las Galias, de Julio César. (El libro que me terminó de aficionar a la lectura fue La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza, que probablemente nunca habría leído si no me hubieran obligado en el instituto).
Y, aun así, nuevamente en mi ignorancia e incluso soberbia (ὕβρις 🤷♂️), en la universidad me matriculé en la carrera con la nota de corte más alta, simplemente por esa razón…
Licenciatura en Traducción e Interpretación
Esto es algo que no sabe mucha gente. Estuve tres cuatrimestres matriculado en la licenciatura de Traducción e Interpretación (de inglés y de alemán).
El verano tras completar el primer año me fui con un par de compañeras a Londres: «a mejorar mi inglés y trabajar» (por ese orden). No hice ninguna de las dos cosas. A pesar de lo que yo creía juzgando por mis notas de Inglés en el instituto, mi nivel real de inglés era penoso. Me volví a Sevilla a las dos o tres semanas.
Al año siguiente me di cuenta de que la carrera no me gustaba. Creo que no encontré ningún profesor que me inspirara, o quizá yo ya no era el más listo de la clase, o probablemente las dos cosas.

Dejé la universidad y trabajé un mes repartiendo spam de Telepizza: un trabajo basura que dejé mortificado por los gajes del oficio.
Creo que aún menos gente sabe que yo soy violinista, o al menos tengo un título que dice que soy violinista profesional.
Cuando acabé el grado medio tras diez años de conservatorio, también decidí dejarlo. Me encanta la música, pero yo no veía mi futuro en ella.
En más o menos doce meses había dejado una carrera universitaria, abandonado el camino de la música profesional y me había ido de un trabajo tras solo un mes.
Había llegado la hora de escuchar lo que me pedía el cuerpo. Decidí matricularme, para el año siguiente, en una carrera sin nota de corte…
Licenciatura en Filología Clásica
Todo el mundo necesita una carrera universitaria, ¿no? Aunque ahora estoy lejos de pensar eso, en el 2007 —ya era ese año— me parecía evidente que sí. Al fin y al cabo, no soy un memo sin estudios por la vida, ¡¿no?!
Dejando de nuevo la ὕβρις de lado, esta vez sí, por fin, di en el clavo. Durante la carrera aprendí y disfruté muchísimo: gramática, sintaxis, fonética y morfología históricas, literatura y pensamiento…

Entre los muchos profesores que me formaron como clasicista, me gustaría mencionar (en orden alfabético), como mínimo, a Ana —que me enseñó a leer con lupa filológica—, a Candau —que me enseñó a partir las palabras a cachos—, a Concha —que me inició en la fonética y en la gramática histórica—, a Emilia —que me enseñó hasta dónde puede llegar el estudio de la sintaxis—, a José Miguel —que fue duro pero justo y consiguió enseñarme indoeuropeo—, a Leonor —que siempre confió bastante en mí—, a Socas —a quien, por desgracia, no supe apreciar lo suficiente—…
Grado en Estudios Ingleses
Yo iba para profesor de Latín y Griego en educación secundaria y, por tanto, realicé el máster que me habilitaba para ello (el impuesto revolucionario de la educación), mientras hacía también —por curiosidad y por entretenerme— algunas asignaturas de la vieja licenciatura en Filología Italiana (otra cosa que muy poca gente sabe). Sin embargo, los efectos de la crisis del 2008 y los de la de las humanidades en general y de las clásicas en particular hicieron que desistiera de ello.
Algo desorientado, decidí emprender un nuevo camino, matriculándome esta vez en el grado en Estudios Ingleses. Conseguí que me convalidaran muchas asignaturas comunes a todas las filologías e incluso bastantes de Traducción e Interpretación.
Aunque finalmente esta carrera tampoco llegué a terminarla, de ella saqué tres cosas que cambiaron mi vida. Tuve que esperar a los 26 años, tras ya ocho años en la universidad, para descubrir mi pasión por la fonética. Se lo debo todo a Marieli (o Mary Helley), que supo enseñarme esta ciencia donde otros, seis o siete años atrás, no habían tenido mucho éxito. La segunda fue el interés por la historia, donde muchos otros, año tras año de instituto, también habían fracasado.
La otra cosa que cambió mi vida fue, por supuesto, mi…
Erasmus en Tesalónica (Grecia)
Como tenía tantas asignaturas convalidadas, al año siguiente podía irme ya de Erasmus —no lo había hecho durante mis años de Filología Clásica—, concretamente a Tesalónica, la segunda ciudad más grande de Grecia.

No es este el lugar para hablar de la mayoría de la multitud de aspectos en que mi Erasmus cambió mi vida. En lo puramente académico y humanístico, tengo que mencionar a Eleni Agathopoulou, que consiguió despertar mi interés por la neurolingüística y la teoría de la adquisición del lenguaje.
Pero, especialmente, a Vasiliki Foufi, mi profesora de griego moderno. Fue durante sus amenas y aun así fructíferas clases en las que me di cuenta de lo apasionante que podía llegar a ser enseñar tu propia lengua. Así pues, en cuanto se abrió el periodo de preinscripción, solicité plaza —y llegué a conseguirla— en…
Máster de profesor de ELE
Durante este año, por esas casualidades de la vida, conocí a Joan Boluda, quien me inspiró para plantearme emprender en internet. Sin él, esta web no habría sido posible; sin él, simplemente, esta web no sería. Aunque yo aún estaba inmerso en el máster y, por tanto, no podía comenzar de forma seria con un proyecto de esta envergadura, sí que me fui fumando cada uno de sus cienes y cienes de pódcasts.
A unos tres o cuatro meses de terminar el máster, decidí liarme la manta a la cabeza y comprar un billete de solo ida a Cracovia, donde estaba determinado a enseñarles español a los polacos.
Profesor de español en Cracovia
Llegué a Cracovia —sin saberlo cuando compré el billete— en plena visita del papa, lo cual aproveché para hacerme un tour por Polonia. Al volver a Cracovia, no me costó trabajo encontrar trabajo de profesor de español en una academia de idiomas. No eran muchas horas, lo cual me permitió comenzar a trabajar en serio, paralelamente, en AcademiaLatin.com.

A pesar de algunos problemas de salud por los que tuve que volver una temporada a Sevilla, decidí volver una vez más a Cracovia, donde seguí enseñando lingüística y humanidades en AcademiaLatin.com y también en EspañolPlus.com, otro proyecto similar, pero centrado en el español avanzado (principalmente para extranjeros, pero no solo). Además, publico sobre gramática histórica (y/o lingüística comparada) en delcastellano.com.
Aunque ya no vivo en Polonia, sí comparto mi vida con una polaca. También intento aprender polaco, tarea nada fácil, pero gratificante por el enorme desafío lingüístico que supone. Reconozco que muchas veces me centro más en su gramática histórica (diacrónicamente) que en la propia lengua (sincrónicamente).
¿Y tú?
Seas humanista convencido o no, si has llegado hasta aquí es porque te interesa lo que tengo que contar y puedo enseñarte. Me gustaría que disfrutaras y aprendieras con mis videocursos tanto como yo he disfrutado aprendiendo y aprendido enseñando.